Pubertad y menstruación

Un problema de tiroides puede hacer que la pubertad y el primer período menstrual comiencen más temprano o más tarde. Los niveles altos o bajos de hormonas tiroideas pueden causar períodos menstruales muy ligeros o muy abundantes. También pueden causar períodos irregulares. O bien, la ausencia de períodos. Esto se denomina amenorrea.

Reproducción

Un problema de tiroides puede afectar la ovulación. Es decir, la liberación de un óvulo del ovario. También puede impedir la ovulación normal. Además, hay un mayor riesgo de formación de quistes en los ovarios si la mujer tiene una tiroides con poca actividad (hipotiroidismo). Si la tiroides funciona mucho menos de lo normal, puede hacer que las mamas produzcan leche y prevenir la ovulación.

Embarazo y posparto

Un problema de tiroides durante el embarazo puede dañar al bebé. Puede derivar en problemas de tiroides crónicos en la madre después del nacimiento. Un ejemplo de esta situación es la tiroiditis posparto. Las cantidades bajas de hormonas tiroideas pueden causar problemas graves. Entre ellos, se incluyen preeclampsia, aborto espontáneo, parto prematuro, muerte fetal, insuficiencia cardíaca (en casos poco frecuentes) y sangrado después del parto. Una persona con una tiroides hiperactiva en el embarazo corre el riesgo de sufrir náuseas matutinas más graves.

Menopausia

Un problema de tiroides puede causar menopausia temprana. Es decir, la menopausia ocurre a los 40 años o antes. Es posible que algunos síntomas del hipertiroidismo se confundan con la menopausia temprana. Entre ellos se incluyen la falta de menstruación, los sofocos, la incapacidad de dormir (insomnio) y los cambios del estado de ánimo. El tratamiento para el hipertiroidismo puede aliviar los síntomas de menopausia temprana. Ayuda a prevenir que la menopausia ocurra muy temprano.

Salud de los huesos

El hipertiroidismo puede afectar los huesos. La cantidad excesiva de hormona tiroidea puede hacer que los huesos pierdan el calcio. Esto se llama osteoporosis.

Salud mental y física

Los trastornos de tiroides que no reciben tratamiento pueden causar problemas emocionales y mentales. Por ejemplo, depresión, fatiga, aumento de peso, disminución del deseo sexual y dificultad para concentrarse.