¿Quiénes están en riesgo?

Cualquier persona que tenga relaciones sexuales está en riesgo de contraer clamidia. Los adultos jóvenes tienen un mayor riesgo. Esto se debe a que es menos probable que usen condones durante las relaciones sexuales. Además, es posible que algunos adultos jóvenes no tengan acceso a atención preventiva de ITS. Quizás tengan más probabilidades de tener más de una pareja sexual, incluidas parejas que tienen clamidia.

Las mujeres jóvenes también pueden tener ectopia cervical. La ectopia cervical es cuando la capa de células que recubre el canal cervical se extiende hasta la capa externa del cuello uterino. Esto aumenta el riesgo de contraer clamidia. 

¿Se puede prevenir la clamidia?

Tener relaciones sexuales seguras puede prevenir la clamidia. Al tener relaciones sexuales sin protección, tanto hombres como mujeres pueden transmitir esta enfermedad. Esto incluye sexo vaginal, oral o anal. Si no tiene relaciones sexuales, puede reducir el riesgo. O si tiene relaciones sexuales, puede limitar la cantidad de parejas sexuales que tiene para reducir el riesgo.

Además, puede usar condones y un protector dental durante el sexo oral. No tenga relaciones sexuales con una persona infectada hasta que termine el tratamiento. Si tiene clamidia, todas sus parejas sexuales de los últimos 60 días deben hacerse una prueba. Si la prueba da positivo, deberán recibir tratamiento para la enfermedad. Las mujeres suelen volver a infectarse si sus parejas sexuales no reciben tratamiento.

Síntomas de clamidia

La mayoría de las personas con clamidia no tienen ningún síntoma. Un signo temprano de la enfermedad en las personas asignadas como mujeres al nacer es un flujo vaginal parecido a una mucosa. Pero es posible que no se den cuenta de esto porque muchas personas tienen diferentes cantidades de flujo de un día a otro. Los siguientes son otros síntomas:

• Dolor o ardor al orinar

• Necesidad de orinar con frecuencia

• Flujo vaginal anormal

• Dolor en la parte inferior del abdomen o en la parte baja de la espalda

• Náuseas

• Fiebre

• Sangrado entre períodos menstruales

• Dolor durante las relaciones sexuales

Posibles síntomas en las personas asignadas como varones al nacer que tienen clamidia:

• Secreción del pene

• Necesidad de orinar con frecuencia

• Dolor o ardor al orinar

• Secreción acuosa o con mucosidad

• Testículos dolorosos e hinchados

Las personas también pueden infectarse con clamidia en el recto. Esto sucede si tiene sexo anal. O puede transmitirse desde otro sitio infectado, como la vagina. Estas infecciones no suelen presentar síntomas, pero pueden causar lo siguiente:

• Dolor en el recto

• Supuración

• Sangrado

Posibles complicaciones de la clamidia

La clamidia en personas asignadas como mujeres al nacer puede propagarse al útero y a las trompas de Falopio si no se trata. Puede causar enfermedad inflamatoria pélvica. Las posibles complicaciones de la enfermedad inflamatoria pélvica incluyen las siguientes:

• Dolor pélvico prolongado

• Infertilidad

• Embarazo ectópico (embarazo tubárico). Esto sucede cuando un óvulo fecundado se implanta en las trompas de Falopio en lugar de en el útero. Estos embarazos deben interrumpirse para salvar la vida de la madre. Esto suele requerir cirugía.

La clamidia durante el embarazo puede afectar al bebé. A continuación se mencionan algunos posibles efectos:

• Parto prematuro

• Peso bajo al nacer

• Infecciones, como infección ocular (conjuntivitis) y neumonía

Las personas asignadas como varones al nacer y que tienen clamidia sin tratar pueden contraer lo siguiente:

• Infección del tracto genital

• Infección de la próstata

• Artritis reactiva

• Conjuntivitis

En el caso de las personas que practican sexo anal, la clamidia puede causar una infección en el área rectal. Ciertas cepas de clamidia pueden causar linfogranuloma venéreo (LGV). Este problema de salud afecta con mayor frecuencia la zona del recto. Provoca sangrado, dolor o secreción y puede provocar abscesos y daño a los tejidos (fístulas).

Todas las personas con clamidia también tienen un mayor riesgo de contraer el VIH si se exponen a alguien que tiene el virus.

Diagnóstico y tratamiento

Si le diagnostican clamidia, la enfermedad se puede curar rápido con tratamiento. Pero la mayoría de las personas que la padecen tienen síntomas leves o no tienen ningún síntoma. Por eso, muchas personas no saben que tienen clamidia.

Ahora, la clamidia se puede detectar fácilmente mediante una muestra de orina, un hisopado vaginal, un hisopado rectal o un hisopado de garganta. En la actualidad, muchas mujeres se hacen pruebas de clamidia con la misma muestra utilizada para la prueba de Papanicolaou.

La clamidia se trata con antibióticos. El tratamiento más común es una dosis de azitromicina o un ciclo de doxiciclina de 7 días. Para la LGV, es necesario un tratamiento de 21 días.

Todas las parejas sexuales deben hacerse pruebas y recibir tratamiento. Si tiene clamidia, no tenga relaciones sexuales hasta que usted y sus parejas sexuales hayan terminado el tratamiento. De lo contrario, puede volver a infectarse. Espere 1 semana después de tomar 1 dosis de azitromicina. Puede volver a tener relaciones sexuales al día siguiente de finalizar el tratamiento con el ciclo de doxiciclina de 7 o 21 días.

Se requieren más pruebas de detección

La detección generalizada es una buena manera de diagnosticar y tratar la clamidia. Los CDC y la Oficina de Asuntos de la Población han iniciado muchos programas de detección. Los CDC recomiendan hacer pruebas de detección cada año a todas las personas sexualmente activas de 24 años o menos. También recomiendan pruebas de detección anuales para las personas mayores que tienen uno o más factores de riesgo. Entre los factores de riesgo se incluye tener más de una pareja sexual y no usar condón. Las personas embarazadas deben hacerse pruebas de detección de clamidia en todos los casos. Se deben examinar todas las partes del cuerpo que hayan podido estar expuestas, como la vagina y el recto.

Las personas que practican sexo anal deben hacerse pruebas de detección de clamidia con regularidad en todas las partes del cuerpo expuestas.